martes, 28 de octubre de 2008

Alumnos del 502 para mañana imprimir y leer el siguente texto y llevar revistas (tres por lo menos) y periodicos para trabajar en clase.


3.3. Modelo de análisis de comunicación


El ser humano es por naturaleza social, esto quiere decir que para que se desenvuelva es necesaria la relación con otros seres humanos. En toda sociedad el hombre ha desarrollado distintos tipos de lenguajes en los que se basa para establecer estas relaciones: para que sea entendido mediante códigos similares en sus necesidades básicas y no básicas. La comunicación se desarrolla a tra­vés del lenguaje, cuyos contenidos son estudiados por lingüistas, antropólogos, politólogos, publicistas, etcétera. De este modo se han desarrollado tipologías y formas de comprensión del fenómeno que dan origen al lenguaje verbal y no verbal, el fonológico, el estético, el psicológico, etcétera.

La comunicación puede ser definida como la acción en la que una persona emite un mensaje a alguien para que éste le entienda y actúe o discierna en consecuencia. Son diversas y muy variadas las teorías que se han desarrollado para la comprensión de la comunicación, desde las que indican que hay única­mente tres factores en la comunicación (emisor, mensaje y receptor), hasta los que sostienen que hay muchas más (además de las tres primeras se encuentran ruidos, contextos, situaciones específicas, etcétera).

Hay además quienes estudian a la comunicación no como una relación entre dos personas, sino al nivel de masas, es decir, la forma en que influyen los medios masivos en la comprensión de ciertos mensajes, y las conductas que se desprenden de éstos. En este sentido, existen varias perspectivas relacionadas con posturas teóricas que sugieren que los modos de comunicar y sus factores producen o reproducen ciertos comportamientos particularmente nocivos. Lo cierto es que la comunicación es parte de la naturaleza social del hombre y sus efectos son considerablemente interesantes para observarlos en función de las obras de arte.


Uno de los mencionados modelos de comunicación es el propuesto por el lingüista Jakobson. Él sugiere que existen al menos seis elementos en todo pro­ceso de comunicación, cuyos elementos dan origen a seis funciones: emisor o función emotiva (intención del que emite el mensaje), contexto o función referencial (espacio y tiempo determinados), mensaje o función poética (carac­terísticas del mensaje), contacto o función fática (canal por el cual se transmite el mensaje), código o función metalingüística (comprensión por ambas partes de los signos), receptor o función conativa (posibilidad de influir en quien re­cibe el mensaje).


En resumen, los factores que intervienen en la comunicación podrían reunirse en esta sola frase: un acto de comunicación verbal consiste en la construcción, por parte de un emisor, de un mensaje acuñado a partir del marco de posibi­lidades articulatorias de un código lingüístico común al emisor y al receptor a quien va dirigido el mensaje, vehiculado a través de un canal, y que se supone que habla de algo contextual, a lo cual remite o refiere el mensaje. La estructu­ra verbal de un mensaje depende, primariamente, de la función predominante, o sea, que para cada caso uno de los factores funciona más que los demás.